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viernes, 8 de enero de 2010

Ángel Faretta - "La pasión manda - De la condición y la representación melodramáticas"

"La pasión manda - De la condición y la representación melodramáticas"
Ángel Faretta
Editorial Djaen
Buenos Aires, 2009
La respuesta del concepto del cine
Cuánto y cómo debería leerse este libro. En medio de tanta literatura sobre este arte, Faretta oxigena una zona ya esta altura casi oculta por principios casi hegemonizados por los teóricos franceses en particular. En espera de los ya largamente postergados: "Mito, método y recurso", "Dominio eminente", "Mirón, o del cine", "Vincente Minnelli: peregrino en Bizancio", etc., cada aparición de uno de sus libros teóricos es todo un suceso.
Luego del indicial "El concepto del cine" y de la imprencindible teoría diseminada en el siguiente "Espíritu de simetría", Faretta despliega un libro sobre el melodrama, en tiempos que justamente el género queda sepultado por personajes errabundos y destinos inciertos.
Desarrollando brevemente el contenido de "La pasión manda...": luego de la necesaria introducción del porqué del libro, le sigue el carácter numinoso de la condición melodramática, y como tal, quizá el más violentamente reaccionante ante la modernidad en el siglo XX; su génesis; el porqué de su reaparición explícita en el cine; la respuesta directa o solapada ante el concepto del "mal" en Arendt; el concepto de melodrama; la aparición del "personaje normalizador" -extraordinaria lectura sobre su composición y sentido- que obligaría a volver a visionar tantos films para comprender tal hallazgo; lo sublime y la continuación de lo trágico en la condición melodramática; la extensa respuesta a la lectura que hace Peter Brooks en The Melodramatic Imagination (1995); la lúcida lectura del libro Douglas Sirk, reportaje de Jon Holliday editado por la madrileña editorial Fundamentos en 1973; la relación del melodrama con la llamada "música ligera" y en el mismo capítulo un desarrollo de lo sexual en la mujer y su representación en letras en la poética del tango por ejemplo; un imprescindible, necesario y descomunal enfoque sobre el melodrama en el cine argentino de su período clásico - y que agregaría que no he leído nunca ningún aporte que revitalizara de tal manera el cine argentino de esa época (capítulo de lectura obligada cuando se estudie a nuestro cine), lo que debe entenderse además de qué modo y mal se sigue mirando a nuestro pasado-, y por último las conclusiones de rigor al que se adosa una especie del desarrollo condensado de las ideas antes vertidas.
Luego de finalizada la lectura uno entiende el porqué del libro. En tiempos en que lo pasional ha sido desmembrado casi desde la década del `50 del siglo anterior, y mientras desde varias cinematografías no hacen otra cosa que encapsular lo espiritual del cine para tornarlo poco menos que una aventura estrictamente cerebral, y en tanto resulta que los textos de Deleuze -La imagen-movimiento y La imagen-tiempo- no son otra cosa que una taxinomia del cine tan similar como las ejecutadas por los positivistas en aras de la naturaleza en el siglo XIX, este libro de Faretta es, también, la respuesta fascinantemente lúcida ante esas ideas.
Si la condición melodramática se sustenta en lo numinoso explicitado en el libro, entonces sí, los films de Sirk o de Minnelli son la quintaescencia de este arte.
Como ya he comentado a propósito de uno de sus artículos, Ángel Faretta resulta el único de los teóricos del cine que lo conceptualiza con una originalidad y rigor únicos no ya en la Argentina solamente. Sus ideas puestas en escena desde aquí, la periferia de la periferia del mundo, le permiten mirar el cine como otra cosa. Como cuando escribió sobre Carpenter y su "Asalto al precinto 13" hace ya muchísimos años, Faretta nos permite seguir con uno de sus conceptos: el cine es el arte de saber mirar. Este libro así lo refleja. Y en esa operación, el autor despliega todo su arte.

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